


Irreversible comienza con una cámara que gira de forma prácticamente aleatoria poniéndose cabeza arriba, cabeza abajo y en todos los ángulos posibles del espacio; está claro que el artífice de esa escena no tiene ni la más remota idea de narrativa cinematográfica ni de que el poner la cámara en una u otra posición debería ser una forma de adoptar un punto de vista sobre una historia, y no simplemente de llamar la atención. Este manifiesto analfabetismo cinematográfico podría no ser suficiente para convencer a algún bienintencionado e ingenuo espectador amigo de dar una segunda oportunidad, pero esas débiles esperanzas se vienen abajo en el momento en que se pronuncian los primeros diálogos del film, todo un ejemplo de cómo compaginar la simpleza más sonrojante y pueril con la pretenciosidad más estomagante. La aptitud de Gaspar Noé, autor de esta patraña, como guionista es muy similar a la que tiene como director. Naturalmente lo más grave es que Irreversible no es un corto de tres minutos, sino que a continuación quedan otros noventa y tantos que confirman las terribles expectativas de la primera escena. Siguiendo la vieja tradición de quien no tiene nada que decir, el director utiliza la vanguardia para vestir a la mona de seda y cuenta la historia de la película, o más bien la no-historia de la no-película, hacia atrás, desde el final hasta el principio; no es que haya mucha diferencia porque, en contra de lo que dice el título, una narración de encefalograma plano como ésta es perfectamente reversible, puesto que empieza en la nada, viaja a través de la nada, y acaba en la nada
bueno.... no es tan asi koo lo dice este komentario concervador!!!!!
la kosa es mas drastica aun....hay ke verla.....al final el ke mas sufre al termino de esta no es kien la enkontro horrible............si no kien NO la entedio"